miércoles, 28 de abril de 2010

Prevenga un derrame cerebral

 

Un derrame cerebral (que también se conoce como accidente cerebro vascular , apoplejía o
ataque cerebral) se produce cuando el cerebro no recibe suficiente sangre. Esto provoca la muerte
de las células cerebrales. Muchos adultos mueren a causa de los accidentes cerebro vasculares.

derrame

¿ Cuáles son los síntomas más frecuentes de un derrame cerebral?

  • Debilidad o entumecimiento repentinos de la cara, el brazo o la pierna, especialmente en un lado del cuerpo.

  • Confusión o dificultades repentinas para hablar o entender.

  • Problemas súbitos de la vista, como oscurecimiento o pérdida de visión en uno o ambos ojos.

  • Mareos o problemas repentinos con el equilibrio o la coordinación.

  • Problemas repentinos para moverse o caminar.

  • Dolores de cabeza fuertes y repentinos de los que no se sabe la causa.

  • Sus causas se deben principalmente :

    Trombosis. Estrechamiento progresivo y bloqueo de una arteria del cerebro o cuello, por lo general debido a la acumulación de colesterol, compuesto graso que el cuerpo produce y que se encarga, (entre otras cosas) de regular el funcionamiento de ciertas hormonas; ingresa al organismo por alimentos que lo contienen (carnes rojas, huevo, mariscos y la mayoría de los productos lácteos, principalmente) .

    Embolia. Obstrucción de una arteria del cerebro o del cuello por un coágulo de sangre que puede formarse en otra parte del organismo (por lo general en el corazón) y que es trasladado por el torrente sanguíneo a la cabeza.

    Hemorragia. Ruptura de una arteria del cerebro o de la superficie cerebral, la cual puede deberse a un aneurisma (zona delgada y débil de la pared arterial) o a una malformación, con la que se nace, del sistema circulatorio que irriga al encéfalo. El derramamiento de sangre puede producirse dentro del propio cerebro o en el espacio entre éste y la membrana protectora exterior.

    Se estima que 60% de los casos de derrame cerebral se deben a trombosis, y que el 40% restante se divide entre embolias y hemorragias. No obstante, las estadísticas señalan que 50% del total de los casos futuros pueden evitarse si se siguen las indicaciones del médico y se modifican ciertos hábitos dañinos en el estilo de vida, los cuales influyen directamente en los factores de riesgo:

    Colesterol alto y sobrepeso. El excedente de este compuesto graso puede depositarse en las paredes arteriales y producir el bloqueo de dichos vasos a causa de una trombosis; a su vez el peso excesivo dificulta el funcionamiento de todo el sistema circulatorio y predispone a la persona a otros factores de riesgo, como presión arterial alta (hipertensión). Es de entenderse que se debe acudir a un nutriólogo que prescriba la dieta que mejore el estado físico y de esa manera se reduzcan los problemas aquí referidos, evitando en lo posible a charlatanes y oportunistas que pueden poner en riesgo la salud.

    Hipertensión. La presión sanguínea alta daña las paredes arteriales y puede incrementar la coagulación, misma que favorece la formación de "tapones" de sangre que provocan apoplejía; este problema puede incrementar entre 2 y 6 veces el riesgo de derrames cerebrales. Para evitar problemas de consideración es imprescindible seguir ciertos cuidados, como llevar dieta balanceada, consumir fruta, mantener peso adecuado y hacer ejercicio. Sólo se debe recurrir a fármacos bajo prescripción médica.

    Fibrilación auricular. La fibrilación auricular (AF) es el nombre que se da al ritmo cardíaco irregular que se presenta en la aurícula izquierda (compartimiento superior izquierdo del corazón), la cual puede llegar a latir hasta 400 veces por minuto, cuando lo normal es que sean entre 60 y 100 contracciones; a largo plazo, la AF sin tratamiento también puede debilitar al corazón y provocar infarto cardíaco. Consulte siempre a un cardiólogo para recibir tratamiento, y de ninguna manera lo interrumpa.

    Tabaquismo. Los compuestos que se aspiran al fumar cigarrillo o puro dañan considerablemente a los tejidos que encuentran en su camino hacia los pulmones, entre ellos vasos y arterias sanguíneos, a cuyas paredes provocan endurecimiento, y con ello se obliga a que el corazón trabaje más de lo normal y se eleve la presión sanguínea. Además, fumar hace que la sangre se coagule con mayor facilidad, aumentando el riesgo de originar obstrucciones. Este mal hábito puede elevar al doble el riesgo de derrames cerebrales, por lo cual se hace imperativo dejarlo.

    Cabe destacar también que existen otros factores de riesgo de derrames cerebrales que es imposible modificar, entre ellos:

    • Diabetes. Los problemas circulatorios asociados a esta enfermedad pueden incrementar el riesgo de derrames cerebrales incluso si se controlan estrechamente los niveles de azúcar e insulina.
    • Edad. El riesgo de derrames cerebrales se duplica cada 10 años después de los 35 años de edad.
    • Herencia. Los antecedentes familiares de apoplejía indican mayor riesgo para la persona.
    • Raza. Las personas de ascendencia negroide tienen el doble de riesgo de sufrir derrames cerebrales que otros grupos raciales.
    • Sexo. Los hombres tienen riesgo de apoplejía ligeramente superior a las mujeres.

    Además de estos factores de riesgo, los derrames cerebrales también se relacionan con el consumo de alcohol (especialmente cuando se beben cantidades exageradas) y el consumo combinado de anticonceptivos orales con alto contenido de estrógenos y tabaco por mujeres mayores de 30 años de edad.

    ¿Cómo puede reducir el riesgo de tener un derrame cerebral?

    • Vigile su presión arterial.La presión arterial alta (o hipertensión) aumenta las posibilidades de tener un derrame cerebral. Una de cada tres personas con hipertensión no sabe que sufre esta enfermedad. Verifique con frecuencia su presión arterial.
    • Controle su diabetes. La diabetes puede dañar los vasos sanguíneos del cerebro y aumentar el riesgo de sufrir un derrame cerebral. Siga la recomendación de su médico para controlar su diabetes.
    • Deje de fumar. Fumar puede causar coágulos sanguíneos. Además, puede aumentar su presión arterial. Hable con su médico, farmacéutico o personal de enfermería para saber cómo
    puede dejar de fumar.
    • Haga ejercicio a diario. El ejercicio fortalece el corazón y mejora la circulación sanguínea. Además,
    puede ayudarle a controlar su peso. El exceso de peso aumenta la posibilidad de enfermedades.

     

    Fuente :Health System

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